jueves, 6 de septiembre de 2012

Verdaderos demócratas

No les descubro nada nuevo si les digo que desde hace muchos años recorren algunos medios de comunicación de este país tertulianos y columnistas que, pase lo que pase en España y en el mundo, gobierne quien gobierne, haya crisis o no, no hacen sino soltar bilis por esas bocas y plumas que Dios les ha dado. Como ejemplo vale este artículo de Alfonso Ussía en el diario La Razón publicado el pasado 4 de septiembre. Antes de seguir leyendo este post, echen una mirada al susodicho artículo, no tiene desperdicio, y entenderán mejor el resto del post.
Dice Ussía que no hay que tener miedo a decir lo que se piensa, que únicamente lo hacen los que no tienen complejos. Estoy de acuerdo con él en esta afirmación. Por ello, voy a decir lo que pienso de usted, sobre todo porque los columnistas y "líderes de opinión como usted" no conocen los límites.
Señor Ussía, a usted le importa un bledo el sistema democrático y el Estado de Derecho que tanto dice defender. Porque debe saber, señor Ussía, que el cumplimiento de la ley, nos guste o no, es la base para que el Estado de Derecho funcione. Y debe saber, señor Ussía, que aunque no nos gusten las decisiones de algunos jueces, o pensemos que tal o cual recluso deberían estar en la cárcel de por vida, eso no es óbice para que nos saltemos la ley y, de forma arbitraria, mantengamos a un preso en prisión si la ley tiene sus resortes para que pase los últimos días de su vida con los suyos.
Afirma usted, señor Ussía, que ha fracasado el Estado de las Autonomías, que ha terminado con nuestros recursos. Puedo estar de acuerdo con usted, es cierto que hay duplicidades y gastos innecesarios. Pero eso no significa que nos carguemos los gobiernos autonómicos, que volvamos a un centralismo caprichoso y arbitrario, un centralismo que beneficie a ciertas regiones desoyendo a otras, y negando derechos históricos ya consolidados. Y tampoco es cierto que este nacionalismo que usted tanto critica (debería saber que también existe el nacionalismo español, que es igual o más peligrosos que los que usted ataca) sea el principal de nuestros males. A mí tampoco me gustan, ni los defiendo, pero lo que no hago es desprestigiarlos afirmando que están cercanos a organizaciones terroristas.
Muy democrática también es su visión sobre la Sanidad Pública. Ese "buenismo" que usted critica ha permitido que la sanidad española sea una de las mejores de todo el mundo, que todo ciudadano que vive en España tenga una cobertura sanitaria digna y gratuita, y que los profesionales sanitarios españoles sean de los más preparados. Seguramente, usted preferiría que dejar fuera de ese sistema sanitario a los que no pueden pagarse un seguro privado, a los que únicamente pueden ir al médico si es gratis. Eso sería muy democrático.
Y lo que es más preocupante, señor Ussía, es la obsesión que tiene usted en que el Ejército esté más presente en la vida pública española, en que esté más presente en Euskadi, dando alas y argumentos a aquellos que han hecho de las pistolas y el terror su forma de vida, justificando su actitud con la presencia de un supuesto ejército invasor. Parece que usted, señor Ussía, quiere apagar el fuego con gasolina. Durante casi 40 años, el Ejercito estuvo presente en la vida de los españoles, asfixiándolos, sometiéndolos, atormentándolos y negándoles la democracia y el Estado de derecho que usted tanto dice defender.
Y ni voy a entrar en los manidos y peregrinos argumentos suyos sobre jueces y tribunales que, cuando nos conviene son independientes y cumplen con su deber y, cuando no, están manipulados y permiten la entrada de terroristas en las instituciones, por no hablar de lo malos que son los sindicatos. Argumento patético, señor Ussía.

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